
Nepal, Patagonia, Finlandia o Estambul. Hablaba con pasión de muchos destinos de los que ahora se me han venido a la cabeza éstos. En su día a día en Madrid también era un viajero incasable por la red de actos culturales y formativos, tenía interés por todo y ganas de participar en diferentes iniciativas, si eran solidarias o podían contribuir a mejorar un poco este mundo aún con más motivo.
Desde que le diagnosticaron aquel terrible cáncer y pusieron fecha de caducidad a su existencia supe que que aún nos dejaría unas cuantas enseñanzas más. La adaptación que hizo de su vida nómada, deportiva y muy activa a las cuatro paredes de su habitación, viendo el mundo por la ventana, durante los últimos meses, pero aceptando su nueva situación con la misma entereza y optimismo. "Me quedan las personas queridas y los gestos de cariño", me dijo entonces, reorientando de nuevo sus expectativas a la firme realidad.
Gran lector y constante estudiante de multitud de materias. Lo recuerdo siempre con algún libro en la mano y apuntándose a algún curso o actividad cultural. Amante del diseño moderno y en general de cualquier expresión artística. Hace tres o cuatro años vio unas mariposas de colores en el escaparate de una cadena de tiendas. Después de muchas vueltas consiguió algunas de ellas y las compartió conmigo. Desde entonces vuelan por las paredes de mi casa como tantos recuerdos y sabios consejos que me guardo de mi tío Juan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario